Historico

Uno de los primeros ventiladores semi-mecánicos ya se usaba 500 años antes de Cristo en la India y Medio Oriente. El "punkah" era un ventilador que se colgaba del techo, cubierto por un marco de tela, que funcionaba cuando los sirvientes tiraban unas cuerdas que permitían mover el ventilador. Sin embargo, las versiones autónomas no aparecieron hasta la Revolución Industrial, en el siglo XIX.

Uno de los primeros ventiladores mecánicos o "bomba de aire" apareció en 1832, construido por Omar-Rajeen Jumala. El aparato usaba grandes aspas metálicas o de madera y estaba pensado para la industria. Las hojas eran impulsadas inicialmente con ruedas hidráulicas, y se usaron en minas de carbón y fábricas.

Cuando Thomas Alva Edison y Nikola Tesla introdujeron la energía eléctrica de forma masiva a fines del mismo siglo, los ventiladores eléctricos comenzaron a aparecer. 
En 1886, Wheeler comenzó a trabajar con Crocker & Curtis Electric Motor Company, compañía dedicada al desarrollo de pequeños motores eléctricos. Este desarrollo fue lo que le permitió crear uno de sus mayores inventos: el ventilador eléctrico.
Poco después, el ingeniero Philip Diehl creó una versión para poner en el techo, que permitía ventilar áreas más amplias.


En las primeras décadas de 1900, un ventilador común estaba hecho con aspas de lata, dentro de una caja de lata. Sin embargo, la reja contenedora tenía espacios bastante grandes, así que varios niños se hirieron los dedos y las manos jugando con el aparato. Después de 1920, los avances producidos en el trabajo del acero permitieron producir en masa ventiladores de distintas formas, bajando los precios y mejorando la seguridad. En los años siguientes, el diseño también llegó a estos aparatos, con modelos "art deco" y también con llamativos colores.


El aire acondicionado hizo que varios fabricantes salieran del negocio, pero el ventilador sigue siendo más barato y todavía es útil para tanto para capear el calor como para permitir recambios de aire dentro de un espacio. 

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